Cuando me regalaron mi primer juego de química con 14 años, supe que ese era mi camino. Así que me decidí por la Ingeniería Química a la salida de Bachiller.
A lo largo de mis estudios en la Universidad de Murcia descubrí la cocina. Aunque al principio solo era una necesidad en mi vida de estudiante fuera de casa, poco a poco esto se transformó en una pasión que cada vez ocupaba más tiempo. Me encantaba pasar mi escaso ocio cocinando.
Años después, trabajando como técnico en la industria privada, volví a sentir la llamada de la cocina. Me decidí por empezar a ampliar mis conocimientos. y lo hice asistiendo a un curso de cocina profesional básica en el Centro de Cualificación Turística de Murcia. Después fui a otro curso, y luego a otro, y luego ya era demasiado tarde; me había picado el bichillo de la cocina profesional. Ahí fue cuando decidí dejar mi trabajo, que adoraba y cambiarlo por lo que era ya mi pasión.
Cuando mi madre nos contó que le gustaría trabajar con nosotras en nuestra casa familiar, no tuve dudas de que quería formar parte del proyecto.
Mi lugar claramente no era la cocina, sino la sala. Había pasado por la Facultad de Psicología de Murcia y encontraba apasionante el trabajo que se desarrolla en la sala de los restaurantes. Me formé como sumiller y desde entonces he ido ampliando mis conocimientos tanto en vinos como en otras bebidas.
Actualmente me encargo de la selección de vinos y bebidas para nuestra carta de bebidas. Pero también diseño y elaboro bebidas artesanas en el Restaurante. Hacemos cerveza artesana de diferentes tipos, perada, sidra, vinagre de pera de Jumilla, hidromiel y mi propio vermut.
Me considero una sumiller "friki". Me encanta buscar y encontrar rarezas en el mundo de las bebidas. Las nuevas tecnologías no me asustan y las aplico en mi trabajo cada día.